El tema de la
prosperidad ha causado mucha confusión y problemas en el cuerpo de Cristo. Por una parte,
muchos suponen que la pobreza tiene algún mérito delante de Dios, que las riquezas son malas y que una persona rica no
puede vivir consagrada al servicio de Dios.
Por otra parte,
algunos han enseñado que ser
próspero significa tener mansiones, conducir autos
Mercedes-Benz o BMW y atesorar millones en las cuentas bancarias.
Los primeros
olvidan la enseñanza bíblica. Piense en Job,
Abraham, Isaac, Jacob, José, Salomón, José de Arimatea, las mujeres que servían a Jesús con sus bienes y
tantos otros creyentes que
manifestaron su consagración y amor a Dios a través de sus finanzas.
Los segundos quieren
prosperar con propósitos egoístas. Sus
vidas son egocéntricas. Giran alrededor de sí mismos. Ellos dicen: "quiero prospera para tener un
automóvil más lujoso que el de
mi vecino, una mansión como las estrellas de
cine, vacaciones cada tres meses en lugares exóticos", y cosas por el
estilo.
Lo último que pasa por sus mentes es que Dios les ha
dado el poder de hacer riquezas con el propósito de que el Reino de Dios se
extienda a través de la predicación del Evangelio.
Lea conmigo Santiago 4:3 PEDÍS,
Y NO RECIBÍS, PORQUE PEDÍS MAL, PARA GASTAR
EN VUESTROS DELEITES.
Si vamos a
prosperar hasta el nivel que Dios quiere, tenemos que demostrar que
somos administradores eficientes de los recursos que El está deseando poner en nuestras manos.
Cómo podemos demostrar nuestra capacidad y fidelidad como administradores?
Empezando a ser
fieles ahora mismo. No importa qué tan escasos sean tus recursos en este momento, debes
empezar a sembrar de lo poco que tienes si es que deseas que
el Señor confíe más de sus riquezas en tus manos.
Este principio está establecido en Lucas 16:10 EL QUE ES FIEL EN LO POCO,
TAMBIÉN EN LO MÁS ES FIEL
Dios está buscando en todo el planeta Tierra hombres y mujeres fieles. El busca administradores fieles,
personas a las que Él pueda bendecir confiándoles dinero y
posesiones para que funcionen como sus banqueros aquí en la
Tierra.
Quizá Usted sea una de
esas personas. Examine la motivación de su
corazón. Todos deseamos prosperar. Aún los
inconversos. Lo que hace la diferencia es la respuesta a esta pregunta:
Para qué deseamos prosperar ?
Dios no puede ser
burlado. Usted puede tratar de engañarlo y decir: "Bueno, Señor ahora soy pobre y no puedo Invertir en tu obra, pero cuando me prosperes yo
daré grandes Cantidades".
Al principio ya fue
establecido por el Señor Jesús: si Usted no puede ser fiel y moverse en fe y obediencia
con lo poco
que tiene ahora. Dios nunca le confiará nada más grande.
Entienda esto: la
prioridad de Dios NO es que Usted
tenga una piscina, conduzca un Rolls-Royce o que atesore millones para heredárselos a sus hijos.
La prioridad de Dios
es que millones escuchen el Evangelio y sean salvos. Para lograr esto se
necesitan recursos financieros en abundancia.
Dios está estableciendo Sus
banqueros en este mundo. Gente que tome
recursos de los no-creyentes y los canalice hacia los "negocios del Padre", hacia la extensión del
Reino. Lea Proverbios 13:22 LA
RIQUEZA DEL PECADOR ESTA GUARDADA PARA EL JUSTO.
Eso es la Palabra
de Dios. Deje de envidiar a los pecadores que “prosperan”. Arregle sus
prioridades y Dios empezará a hacer
transferencias, a tomar el dinero de los injustos
y ponerlo en manos de aquellos que han demostrado ser
administradores fieles.
Una vez que hemos dado a Dios
lo que Él reclama, entonces
notaremos que aún nos queda suficiente para satisfacer
los deseos de nuestro corazón. Mi deseo es que se cumpla en su vida lo que dice
el Salmo 20:4 – “El Señor te dé
conforme al deseo de tu corazón,
Y cumpla todo
tu consejo”
Sabía usted que cada semilla tiene
un Valor; Bueno lo veremos en el próximo estudio “El Valor de La Semilla” Clic aquí para ir a la lección 7
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