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lunes, 27 de junio de 2011

PECADO CONCEBIDO Y CONSUMADO


En Este Estudio Bíblico miraremos como se da el pecado en el creyente y la unica solución para este pecado que rompe la comunión con Dios.

Estudiaremos los falsos conceptos que se tienen en cuanto al pecado y las consecuencias que esto trae en el creyente, a fin de que el creyente viva en la victoria que ya fue ganada en la Cruz del Calvario. 

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado siendo consumado da a luz la muerte. Santiago 1:13-15.

Hoy vivimos en un tiempo donde se dice que todo comportamiento es bueno, y este pensamiento ha logrado incursionar en la Iglesia de Jesucristo haciendo que los valores cristianos sean menoscabados y la vida de santidad tenida en poco.
Si un creyente no sabe con certeza lo que es pecado, su comunión con Dios queda en entredicho pues fácilmente puede pensar que está haciendo la voluntad de Dios cuando en verdad está lejos de él.

1.    ORIGEN DEL PECADO.
Dios en las Escritura declara que el pecado se origina en nuestra naturaleza pecaminosa, allí reside la concupiscencia (deseo) que nos lleva a desobedecer los mandatos de Dios.
Si un creyente peca, no puede pensar que fue Dios quien lo impulso a dicho comportamiento, o que era la voluntad de Dios que el pecara; el deseo de Dios es que vivamos siempre en santidad y para lograrlo es necesario alejarnos del pecado.
¿Qué participación tiene el mundo demoniaco en el pecado? Satanás no puede obligarnos a pecar, pero si coloca pensamientos y argumentos en nuestra mente para que cedamos ante la tentación y así caigamos en pecado.

Pero cierto hombre llamado Ananías con Safira su mujer, vendió una propiedad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo solo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananás estas palabras, cayó y expiró. Y vino gran temor sobre todos los que oyeron. Hechos 5:1-5.

Ananías tenía un corazón codicioso y al mismo tiempo hipócrita, por eso quiso aparentar que era muy dadivoso declarando que ofrendaba todo el precio de la venta de su propiedad; la Escritura revela que quien colocó ese deseo en su corazón fue Satanás, y su esposa participó en el pecado al consentir la acción pecaminosa de su esposo.
Como Satanás puede colocar en nuestra mente pensamientos y argumentos que nos desvían de la voluntad de Dios es imperativo el hacer uso continuo del discernimiento que Dios da a sus hijos, para detectar todo dardo de fuego del maligno y echar fuera de nuestra mente todo pensamiento que no se sujeta a la santidad de Dios.

2.    PECADO CONCEBIDO.
El pecado es concebido cuando empezamos a acariciar la tentación de hacer algo que podemos tener la certeza no es agradable delante de Dios.

EL AREA DE LA MENTE.
En ese momento en nuestra mente se empieza a realizar una batalla en la cual el Espíritu de Dios recuerda la Palabra que condena dicha acción, y por otro lado llegan los argumentos que defienden la acción pecaminosa los cuales pueden tener como origen nuestro razonamiento o procedencia demoniaca o una mezcla de los dos.

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisieres. Gálatas 5:17.

EL AREA DEL CORAZÓN.
Algo que normalmente no se tiene en cuenta pero que es fundamental ante los ojos de Dios es la motivación o intención que nos lleva a realizar una acción.

Y a sus hijos heriré de muerte y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón, y os daré a cada uno según vuestras obras. Apocalipsis 2:23.

En el caso de Ananías, la acción que realizó fue buena, pero su motivación fue mala, por esto Dios juzgó y condenó su acción pecaminosa.
Es pecado delante de Dios da lugar en la mente a los malos pensamientos y es pecado delante de Dios el tener malas intenciones, por lo tanto en nuestra vida cuando el pecado se ha concebido es necesario pedir perdón a Dios, pues aunque la acción no se ha realizado, dichos pensamientos e intenciones han empañado nuestra comunión con Dios.

Así entonces tenemos que:
Motivación mala + acción buena = PECADO.
Mirar a una persona con el propósito de desearla en el corazón, resultado PECADO.
Motivación mala + acción mala = PECADO.
Promuevo un chisme contra una persona para que pierda su trabajo, resultado PECADO.
Motivación buena  + acción mala = PECADO.
Robo con el fin de dar de comer a mi familia, resultado PECADO.

3.    PECADO CONSUMADO.
La Escritura nos indica que luego que el pecado es concebido, entonces se procede a convertirse en consumado en el momento en que se realiza la acción.
Ananías pudo haber prestado atención a la voz del Espíritu Santo y haberse detenido antes de consumar la acción, así su pecado habría sido menor, no significando que no debiera pedir perdón a Dios por haber permitido que el pecado fuera concebido en su vida.
Siempre la consecuencia del pecado es la muerte, el pecado nos separa de Dios.

Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Isaías 59:2.

Como el pecado produce muerte, por esto es que cuando el creyente peca, siente verguenza y culpabilidad, pues es redarguido por el Espíritu de Dios; cuando pide perdón a Dios es perdonado y restaurado, si no se arrepiente su conciencia se endurece y empieza a vivir una vida alejada de Dios esclavizado por el pecado.

4.    EL REMEDIO PARA EL PECADO.
Gracias a Dios porque él ha provisto el remedio eficaz contra toda clase de pecado, la sangre de Jesucristo derramada a nuestro favor en la cruz del calvario.
No existe otro medio por el cual podamos ser perdonados y limpios de pecado, pero para alcanzar el perdón es necesario confesar nuestro pecado delante de Dios, pues sin confesión y arrepentimiento no hay perdón.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9.

Argumentos en contra de pedir perdón:
Un argumento que hay que echar fuera de nuestra vida es el creer que basta con tomar la decisión de no volver a cometer el pecado para estar bien con Dios, SI NO CONFESAMOS NUESTRO PECADO A DIOS,  NO SOMOS PERDONADOS.

Algunos dicen: Mi pecado es demasiado pequeño, por lo tanto no hay necesidad de confesarlo delante de Dios;  recordemos que Ananías fue juzgado por solo tener una mala motivación en su corazón.

Otros afirman que no es necesario pedir perdón a Dios continuamente. Dios nos dice en su Palabra que es necesario pedir perdón, siempre que el Espíritu de Dios nos redarguya de pecado.

Algunos dicen que Jesucristo ya quitó el pecado del mundo, por lo tanto no es necesario ya pedir perdón. Es cierto que Dios colocó el pecado del mundo sobre Jesucristo en la cruz del calvario, pero el perdón de Dios cobra vigencia solo en la persona que confiesa y se arrepiente de su pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros. 1 Juan 1:10.

CONCLUSIÓN.
El creyente que no vive vigilante en su vida para no pecar contra Dios, contra su prójimo o contra si mismo, es porque todavía está en tinieblas y está viviendo engañado por Satanás quien le hace pensar, que sin importar lo que haga, siempre tendrá comunión con Dios.
Iglesia de Jesucristo, recordemos que sin santidad, nadie verá al Señor.

Por Mario Pombo

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