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lunes, 14 de febrero de 2011

ACTITUDES QUE ANULAN LA PALABRA DE FE


No son pocas las ocasiones en que los creyentes se quejan que su palabra de fe no funciona y llegan a la conclusión que es algo que solo funciona Para algunos Llamados "Super Espirituales". La razón de este pensamiento radica en que se ignora que la palabra de fe funciona de acuerdo a normas espirituales específicas.

Vamos a Estudiarlas aquí como complemento a Nuestros estudios biblicos . Miremos Entonces:

El Señor Jesús declaró:

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Marcos 11:23.

Hay una condición fundamental para que esta promesa tenga cumplimiento: No dudar. Por lo tanto vamos a estudiar que cosas nos llevan en un momento dado a dudar y de esta manera a hacer nula nuestra palabra de fe.


1.    EL TEMOR.
Comienzo hablando del temor, porque la duda es el resultado directo de ella.
El temor es una de las características de la sociedad actual, por esto las empresas de seguros hacen su agosto vendiendo pólizas para asegurar un porvenir en cuanto a las posibles eventualidades; no es malo el hacer previsión en cuanto al futuro, pero cuando la incertidumbre inmoviliza nuestra vida tenemos un problema.
El temor es padre de muchos males, nos lleva a dudar, a ser inseguros, nos impide tener una fe estable que nos permita recibir bendición de Dios.

Pero pida con fe no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense pues quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. Santiago 1:6-7.

2.    DUDA O AMBIVALENCIA.
La ambivalencia es el estado de ánimo en el que coexisten dos sentimientos opuestos, es como la persona que trata de mirar en dos direcciones opuestas al mismo tiempo, la Escritura define la ambivalencia como el doble ánimo.

El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Santiago 1:8

Una manera en que se muestra la ambivalencia es por medio de las palabras, ambivalente es la persona que dice si y luego cambia de parecer diciendo no; acerca de esto Jesús enseña:

Pero sea vuestro hablar si, si; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateo 5:37.

La ambivalencia anula nuestra declaración, porque nos impide sostenernos en fe, en un momento declaramos nuestra fe en Dios pero instantes después estamos hablando palabras de incredulidad.
Cuando dejamos que el temor llene nuestra vida, llegaremos a dudar y así cambiaremos  nuestra confesión de fe, un ejemplo de esto lo encontramos en Pedro el hombre que prometió seguir a Jesús hasta la muerte si era necesario.
Y él (Pedro) dijo: Señor dispuesto estoy a ir contigo no solo a la cárcel sino también a la muerte. Lucas 22:33.

Pero cuando llegó el momento de la prueba, el temor llenó su vida y terminó declarando que ni siquiera conocía a Jesús.

Estando Pedro abajo en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y cuando vio a Pedro que se calentaba mirándole dijo: Tu también estabas con Jesús el nazareno.
Más él negó diciendo: No lo conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada y cantó el gallo.
Y la criada viéndole otra vez comenzó a decir a los que estaban allí: Este es uno de ellos. Pero él negó otra vez. Y poco después los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tu eres de ellos, porque eres galileo y tu manera de hablar es semejante a ellos.
Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. Marcos 14: 66-71.

Cuando proclamamos una palabra de fe, debemos tener en cuenta que el temor tratará de hacer mella en nosotros para tratar de hacernos cambiar nuestra confesión, allí es donde debemos recordar que Dios nos ha dado espíritu de poder para poder vencer.

Porque Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7

3.    LA MENTIRA.
La mentira es un comportamiento que acepta la sociedad secular y es aún vista como algo necesario para los negocios de la vida diaria, pero tengamos en cuenta que es un comportamiento que anula nuestra palabra de fe. Es por esto que la Escritura nos amonesta a hacerla a un lado.

No mintáis los unos a los otros habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. Colosenses 3:9

La persona que miente está creando por medio de sus palabras una realidad ficticia, algo que no es, el creyente cuando habla la palabra de fe está también creando una nueva realidad, pero para que sea apoyada por Dios debe ser coherente con la realidad espiritual, pues de lo contrario no contará con el apoyo divino.
Samuel fue conocido en el antiguo Testamento como una persona especial, Dios siempre respaldó sus palabras.

Y Samuel creció y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. 1 Samuel 3:19.

Cuando leemos esto decimos: Qué bendición tan grande, ¿Pero cual era el comportamiento de Samuel para tener el respaldo divino?

(Dijo Samuel) Aquí estoy, atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.
Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de hombre alguno. 1 Samuel 12:3-4.

Samuel era una persona íntegra en sus acciones y palabras, por esto Dios no dejó caer por tierra ninguna de sus palabras.
En ocasiones hay creyentes que dicen: Si yo siempre hablo palabra de fe, ¿Por qué nunca se me cumple? La respuesta bien puede ser: porque en su boca hay mentira y por lo tanto su confesión de fe no es firme. Dios nunca respalda la mentira sino la verdad, por esto David hablando al respecto declara.

Jehová ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. Salmo 15:1-3.

Si deseamos que nuestras palabras tengan el respaldo de Dios es necesario tomar una decisión y limpiar nuestra boca de toda mentira, diciendo juntamente con David:

He resuelto que mi boca no haga transgresión. Salmo 17:3c.

CONCLUSIÓN.
Es grande la bendición que tenemos de poder declarar la palabra de fe para que sucedan milagros a nuestro alrededor, pero es necesario tener en cuenta que el temor, la ambivalencia y la mentira pueden hacer ineficaces nuestras palabras.
Por lo tanto bien vale la pena concluir este estudio con las palabras del profeta si deseamos ser como la boca de Dios.
 

Por tanto así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tu no te conviertas a ellos. Jeremías 15:19.

 Por 
Mario Pombo


 

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