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sábado, 23 de octubre de 2010

UN ESPÍRITU CON EL SEÑOR.

   1.  UNIÓN ESPIRITUAL. 1 Corintios 6:16-17.¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.  En estos textos encontramos dos tipos de uniones: La unión física y la unión espiritual.

OPERACIÓN
MEDIO
Un cuerpo + un cuerpo = Un cuerpo
Relación sexual
Espíritu de Dios + espíritu hombre = Un espíritu
En el momento en que se cree en la obra de Jesucristo
Cuando dos personas sostienen una relación sexual, vienen a ser un solo cuerpo; de igual manera cuando creemos en la obra de Jesucristo nuestro espíritu se une con el Espíritu de Dios y ya no somos más dos sino un solo espíritu con él.
Por esto a partir del momento en que creemos:
SOMOS BAUTIZADOS EN CRISTO JESÚS.
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Romanos 6:3.

Nuestro espíritu es sumergido en el Espíritu de Dios, es bautizado en Cristo, llegando a ser uno con él. Es interesante notar que la palabra griega Baptizö, se usaba para indicar cuando una prenda era teñida en un nuevo color, entonces se decía: La prenda fue bautizada en el nuevo color. De igual manera cuando creemos en la obra de Jesucristo nuestro espíritu es bautizado en el Espíritu de Dios llegando a ser uno con él.
Ese es el bautizo que habló Juan Bautista: Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo. Marcos 1:8.
Yo a la verdad os bautizo en agua PARA ARREPENTIMIENTO; pero el que viene tras mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; EL OS BAUTIZARÁ EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO. Mateo 3:11.
La unión verdadera con Dios es espiritual, espíritu con espíritu; esta unión no la puede dar ningún ser humano, solamente el Espíritu de Dios.
SOMOS TEMPLOS DEL ESPIRITU DE DIOS.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? 1 Corintios 6:19.
El hecho de llegar a ser un solo espíritu con el Espíritu de Dios nos constituye automáticamente en templo santos de Dios.
Ya Dios no habita en templos hechos por manos de hombres, el creyente es el templo de Dios.
La persona que utiliza los términos del Antiguo Pacto como buscar la presencia de Dios o buscar el rostro de Dios, ir al templo etc. está mostrando con sus palabras que está viviendo bajo un pacto que fue abrogado por la obra de Jesucristo.
Si Ud. cuando creyó en la obra de Jesucristo fue hecho un espíritu con él, ¿como va a andar diciendo que aún lo está buscando?
Si el espíritu de Dios mora en su vida ¿Cómo es que aún está cantando que está buscando a su amado por los collados y los campos?
No siga ignorando la presencia de Dios en su vida, deje de ser incrédulo y sea creyente.

SOMOS SELLADOS CON EL ESPÍRITU DE DIOS.
En él también habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efesios 1:13.
Al unirnos en un solo espíritu con el Señor, el Espíritu de Dios mora en nuestra vida constituyéndose en el sello que testifica que somos ahora pertenencia del Reino de Dios.
El creyente que comprende su unión espiritual con Cristo Jesús vive seguro, confiado; deja de ir de un lado a otro buscando bendiciones pues sabe que en Cristo está completo.
El sello del Espíritu de Dios nos garantiza que nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios, ahora somos de Dios.
  1. RESULTADOS  DE  LA  UNIÓN  ESPIRITUAL.
TENEMOS LA MENTE DE CRISTO JESÚS.
Porque ¿quien conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16.
El creyente es un espíritu con el Espíritu de Dios, por esto Pablo afirma que ahora tenemos la mente (Nous = inteligencia, espíritu, mente, pensamiento) de Cristo.
Por esto el creyente está capacitado para entender la sabiduría oculta, la sabiduría predestinada para nuestra gloria.
Sin embargo hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez y sabiduría no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. 1 Corintios 2:6-7.
La sabiduría espiritual es entendida por el creyente de fe, el que sabe que ya posee la mente de Cristo; éste creyente comprende que por la obra de cruz está ya perfecto, santificado y completo en Cristo Jesús.
Quien comprende la sabiduría espiritual, conoce y disfruta de todas las cosas que Dios nos ha dado por la obra de Jesucristo.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, PARA QUE SEPAMOS lo que Dios nos ha concedido. 1 Corintios 2:12.
Aunque todo creyente es llamado a poseer esta bendición, no todos la disfrutan, ya sea por ausencia de conocimiento o de fe.

TENEMOS LA MISMA ACTITUD DE CRISTO JESÚS.
El creyente tiene la actitud de amor, libre de vanagloria de Cristo Jesús, pues al ser un espíritu con el Señor es transformado de gloria en gloria en la misma imagen.
Por tanto nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18.
El tener la imagen de Cristo en nuestra vida no viene por medio del esfuerzo personal, sino por la acción directa del Espíritu de Dios.
Así como en un matrimonio luego de los años los esposos adquieren comportamientos similares, de la misma manera por la acción del Espíritu del Señor, somos transformados cada día de gloria en gloria en la misma imagen del Señor.
Es decir que si existiera un espejo espiritual en el cual pudiéramos mirarnos, allí no veríamos nuestra imagen sino la misma imagen del Señor. Ayer Ud. tenía menos imagen del Señor que la que posee hoy; y esa imagen será mayor mañana, pues es una transformación continua.
Esta transformación no se da por esfuerzo personal, obras o ayunos, es el resultado natural de ser un espíritu con el Señor.
Cuando miramos una mariposa con sus hermosos colores nos parece casi imposible que unos días atrás era una larva, una oruga que no inspiraba ninguna belleza. Pero por medio de un proceso natural llega a ser una espléndida mariposa.
Lo mismo sucede con el creyente, en el momento en que cree el Espíritu de Dios comienza un proceso de transformación paulatino; en un comienzo el creyente es como la oruga distante de tener la misma actitud de Cristo Jesús, pero con el paso del tiempo, de gloria en gloria comienza a dejar ver la belleza espiritual de la imagen del Señor.
Cuando el creyente es conciente que la imagen alcanzada es producto de su unión espiritual con el Señor, da toda la gloria a Dios pues sabe que no es por sus esfuerzos el resultado alcanzado; no así el creyente carnal aquel que depende de sus obras para tratar de lograr resultados espiritual; él se atribuye los resultados espirituales por sus sacrificios, y de esta forma roba la gloria a Aquel que es el único digno de recibirla.

TENEMOS CONOCIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS.
Cuando somos un espíritu con el Señor, tenemos conocimiento continuo, inmediato de la voluntad de Dios para nuestra vida; de esta forma se cumple una de la promesas del Nuevo Pacto: Escribiré mis leyes en su mente.
Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré. Hebreos 10:16.
Hoy la voluntad de Dios para cada creyente en particular no está escrita en tablas de piedra o de papel, está escrita dentro de cada creyente; hoy vivimos en el ministerio del Espíritu, de gloria, de vida.
El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra sino del espíritu; porque la letra (ley) mata, más el espíritu vivifica. 2 Corintios 3:6.
¿Es Ud. un creyente del nuevo pacto?
En el antiguo pacto, los judíos cuando necesitaban conocer la voluntad de Dios, debían ir donde el sacerdote o al profeta quien actuaba como intermediario entre Dios y el hombre; por esto el hombre no podía tener un conocimiento inmediato de los propósitos de Dios, pues dependía del intermediario; pero hoy dentro del nuevo pacto, el sacerdote o profeta antiguo testamentario ha quedado atrás pues todo creyente es sacerdote real, es un espíritu con el Espíritu de Dios y de esta manera es guiado a toda verdad en forma personal y continua.
Cuando se le pregunta en ocasiones a un creyente: ¿Es Ud. guiado por el Espíritu de Dios? Normalmente no sabe que responder porque nadie le ha enseñado como es que Dios nos guía hoy.
¿Cuál es la forma en que Dios nos "habla" hoy?
DIOS HABLA A NUESTRO ESPIRITU.
Y el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:16.
Sunmartureö = Dar testimonio juntamente con, atestiguar juntamente con, ser testigo junto a, dar fe junto con.
Dios es espíritu y se comunica directamente a nuestro espíritu; esta comunicación no está supeditada a las palabras audibles, pues esa es la comunicación física, cuerpo a cuerpo en la cual intervienen los sentidos físicos.
Pablo afirma que el Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu refiriéndose no a la comunicación física sino espiritual.
La comunicación espiritual no está basada en las palabras. Un ejemplo: ¿Cuál es su estado de ánimo en este momento? Tal vez su respuesta puede ser: Siento paz, me siento contento o siento ansiedad, porque Ud. interpreta a su espíritu no por medio de palabras sino de un sentir.
Por esto Pablo nos enseña que Dios nos guía por medio de su paz. Y ¿Qué es la paz? Un estado, un sentir.
Colosenses 3:15. Y la paz de Dios gobierne en vuestro corazones.
La paz de Dios es como el semáforo por medio del cual Dios dirige nuestra vida.
La palabra gobernar (Brabeuö) significa = Juez de un combate, árbitro, juez guía.
El creyente es guiado por medio de la paz de Dios; de esta forma todo creyente puede discernir fácilmente el sentir del Espíritu de Dios en su vida; si va a tomar una decisión y siente paz, pues debe avanzar; si por el contrario siente intranquilidad debe detenerse pues algo no anda bien.
Aquí lo que se requiere es que el creyente aprenda a "leer", a discernir el sentir del Espíritu de Dios. Recuerde: No es una comunicación espíritu a cuerpo, sino Espíritu a espíritu, pues ahora Ud. es un espíritu con el Señor.
Conocer en el Nuevo Pacto la voluntad de Dios, no es asunto de sacrificios, o de ir adonde determinada persona para que actúe como intermediario; no es asunto de leer algún libro o de estar en determinado lugar; conocer la voluntad de Dios es algo inmediato, continuo y personal para cada creyente.
 CONCLUSION:
Todo creyente es un espíritu con el Señor por lo tanto posee la mente de Cristo, adquiere día a día la misma actitud de Cristo y tiene conocimiento inmediato de la voluntad de Dios.
Disfrute de estas bendiciones a partir de este momento por la fe, y siga en Sentado Junto Con Cristo en Lugares Celestiales.

Por Mario Pombo

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