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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Que Es tener Buena Conciencia


El tener una buena conciencia es una necesidad para el hombre, ya que equivale a un estado de paz; pero al tratar de alcanzarla por los medios erróneos, se convierte en algo tan esquivo que fácilmente se llega a pensar que es utopía el alcanzarla.
Conciencia es la capacidad del hombre para juzgar los resultados de sus acciones, para realizar esta acción la conciencia requiere de un conocimiento que se convierte en su materia prima.
Sin memoria no hay conocimiento, y sin conocimiento la acción de la conciencia es nula.
El hombre ha creado dos grandes fuentes de conceptos, que a larga se han erigido en determinadores de lo bueno y lo malo.
La primera fuente es la religión. El sacerdote conociendo la debilidad humana determinó lo lícito y lo ilícito de acuerdo a su conveniencia, teniendo sumo cuidado de convertir las necesidades naturales del hombre en acciones indebidas, de esta forma el hombre se siente culpable al realizar actividades normales, pero las cuales la religión ha estigmatizado como "pecaminosas".
Así el hombre llega a ser dependiente de la religión, pues ella ha enseñado que es la única intermediaria entre Dios y el hombre; sin ella no hay comunión con Dios, sin ella no hay remisión, sin ella no se puede llegar a una conciencia limpia.
Desde los albores de la humanidad, la religión se ubicó en la sociedad como un ente insustituible para el "bienestar de la humanidad" tal como lo pregonaba el arcaico y obsoleto Concordato establecido entre el Vaticano y el Los estados Latinoamericanos: "A la religión católica, Apostólica y Romana, los poderes públicos la reconocen como elemento esencial del orden social" (Concordato 1.887), sin ella supuestamente no hay orden ni sociedad. Luego de más de cien años de subyugación, el mundo puede atestiguar del bien realizado por la religión America Latina.
Como se supone que sin religión no hay bienestar por esto "A partir de entonces, todas las cosas están dispuestas en forma en que el sacerdote es imprescindible en todas partes con motivo de todos acontecimientos naturales de la vida: Nacimiento, casamiento, enfermedad y muerte" (Anticristo. F. Nietzche. Pag. 34).
Si nace el heredero y no se le bautiza, entonces la religión se encarga de hacer sentir culpables a los padres, amenazándoles de ser responsables de la salvación de su hijo; si se unen dos personas por un nexo diferente al católico, nuevamente la religión se levanta como juez dictaminando que solo el matrimonio religioso tiene la bendición de Dios. "Sea excomulgado el que diga: Por la fuerza del contrato puramente civil, puede existir un verdadero matrimonio entre cristianos" (Syllabus Artículo 68°)
La religión siempre opera sobre la base del temor: Si no obedeces quedas excomulgado, o se le entrega a Satanás en las filas evangélicas; Así entonces las leyes de la religión se convierten en rectora de la conciencia; si se obra conforme a los dogmas de la religión se es redimido, si no, se es condenado.
Con la religión viene el legalista, el rezandero, el super espiritual quien hace sus deberes diarios religiosos impuestos por el hombre, para así sentir que está agradando a Dios y tener una conciencia en paz.
"Psicológicamente hablando, en toda sociedad organizada sobre la base de un régimen sacerdotal, los pecados son imprescindibles: Son las palancas propiamente dichas del poder; el sacerdote vive de los pecados, tiene necesidad de que se peque. Tesis capital: Dios perdona al que hace penitencia, al que se somete al sacerdote. (Ibid. Pag. 36)
El mensaje implícito transmitido es: No es posible tener conciencia limpia sin sujeción a la religión; de ahí el pronunciamiento católico: "Sea excomulgado el que diga: Los hombres pueden encontrar la salvación y salvarse en el culto de cualquier religión. (Syllabus. Articulo 15°), planteamiento que han copiado no pocos religiosos evangélicos parodiando: Fuera de nosotros no hay salvación. He ahí el monopolio de la salvación.
Ese legado de exclusivismo se observa claramente en la religión judía en el episodio en que es juzgado el apóstol Pablo: Entonces Pablo mirando fijamente al Concilio dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. El Sumo Sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Hechos 23:1-2.
¿Cómo era posible que un hombre quien había reculado de los parámetros mosaicos, se atreviera a decir: Estoy viviendo con buena conciencia?
Ellos - los sacerdotes – eran los únicos que podían dictaminar si una persona tenía o no una buena conciencia; si era limpio o inmundo, porque se consideraban los depositarios exclusivos de la verdad.
Hoy toda persona que se atreva a proclamar que tiene buena conciencia sin estar sometido a los parámetros de la religión, tendrá que esperar una reacción similar a la del añejo y destituido Sumo Sacerdote mosaico, por parte de los que se consideran herederos del sumo sacerdocio, quienes se escudan en una subjetiva autoridad, auto considerándose como "los ungidos" para someter a todo aquel que dócilmente se rinde ante su labia.
La religión para tener dominio sobre el hombre, ha anatematizado lo sagrado y santificado lo inmundo. Por ejemplo el estado matrimonial lo ha hecho aparecer como una pesada cadena, como un mal necesario. "Siguiendo a Cristo, renunciando a sí mismos, tomando sobre si sus cruces, los esposos podrán comprender el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. (Catecismo de la Iglesia Católica. Concilio Vaticano II. Pag. 370)
De ahí proviene el pensamiento que el matrimonio es una cruz, pero al mismo tiempo se enseña que es una bendición.
La religión declaró el matrimonio como un estado al que se debe entrar, pero del cual no hay forma de salir, quien lo abandone estará quebrantado lo establecido por la religión por tanto quedará sumido en condenación.
"Por tanto el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás" (Ibid. Pag 376)
Qué fácil para el célibe legislar sobre un estado en el cual no es capaz de vivir.
Pero la religión va más allá en el dominio de la conciencia del hombre y entró a legislar el propósito de la relación sexual matrimonial. "Por el contrario es intrínsecamente mala "toda acción" que, o en previsión del acto conyugal, o en su relación, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible la procreación""(Ibid. Pag. 519)
Ahí está la religión, determinando lo lícito y lo ilícito en pleno siglo XXI, donde los problemas demográficos cada día son más complejos, surge la honorable figura sacerdotal, adjudicándose el derecho de legislar en las conciencias de los esposos: Es mala toda acción que haga imposible la procreación.
Claro está que la ambivalencia religiosa no tiene límites pues al tiempo que predica en contra de los métodos anticonceptivos, el célibe pontífice se atreve a enseñar: "El Creador... estableció que en esta función (de generación) los esposos experimentasen un placer y una satisfacción del cuerpo y del espíritu. Por tanto, los esposos no hacen nada malo procurando este placer y gozando de él. (Pío XII. 1.951)
Aquí está el ciego hablando de lo sublime de los colores, pero mientras ensalza el placer para él desconocido, niega el derecho a disfrutarlo pues lo ata al exclusivo propósito de la procreación.
Testimonio de la imposibilidad de cumplir con estas normas humanas, las numerosas familias de antaño, quienes para no sentirse culpables, al no poder refrenar sus deseos sexuales, preferían traer cada año un hijo al mundo. "Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas". Mateo 23:4.
Claro que la arrogancia del religioso no solo somete la conciencia del individuo, sino que llega a considerarse como la legisladora de las naciones. "El Estado no está autorizado a favorecer medios de regulación demográfica contrarios a la moral. (Catecismo de la Iglesia Católica. Concilio Vaticano II. Pag. 519)
Aún quedan añoranzas del añejo poder que los llevaba a creerse los dueños de la tierra y los exclusivos voceros de Dios en la tierra.
¿Qué autoridad tiene un extranjero, para decir a las naciones qué deben y que no pueden hacer? Bajo el pretexto de lo "moral" el romano pontífice intenta seguir subyugando al mundo.
Bien dijo Carlos Darwin "El mal que ha causado así la Iglesia católica es incalculable" (Origen del hombre. Pag. 134)
La segunda fuente de conceptos sobre la cual la conciencia ejerce su acción, son las leyes del estado. Estas leyes tienen en principio el propósito del llamado bien común: "No juzgan buenas o malas las acciones sino en cuanto afectan de una manera aparente el bienestar de la tribu" (Carlos Darwin. Origen del hombre. Pag. 64)
Las leyes civiles buscan el formar una "conciencia social", y esta comienza a ser moldeada desde los primeros años de la vida de la persona, pero no es base firme y estable sobre la cual la conciencia individual pueda juzgar las acciones personales, pues no son pocas las ocasiones en que el llamado "bienestar común" es simplemente el bienestar de unos pocos.
Normalmente el "bienestar común" se equipara como sinónimo de moralidad, pero al observar las leyes civiles de las diferentes naciones, estas varían y aún llegan a ser totalmente opuestas, pues en la práctica se maneja una doble moral. "Por esto raramente se considera como un crimen el mentir al enemigo, como claramente lo prueba la historia de la diplomacia moderna. (Ibid. Pag. 62)
¿Qué autoridad tiene un estado para prohibir el engaño, cuando en su política diplomática engaña a los estados vecinos? Un ejemplo de ello la guerra fría.
En la práctica las normas sociales se practican casi siempre exclusivamente entre hombres de la propia tribu, su infracción respecto a hombres de otras tribus, no constituye de ningún modo un crimen. (Ibid. Pag. 61)
En los estados teocráticos, donde la autoridad religiosa es la misma que la civil, el ciudadano ve circunscrita su libertad de conciencia a la obediencia ciega de quienes se han constituido hábilmente en autoridad suprema en nombre de Dios. "Vemos ejemplos de estos en el horror que siente el habitante del Indostán que reniega de su casta; en la vergüenza de la mujer árabe que no deja ver su rostro, y en muchos otros casos. Sería muy difícil distinguir el remordimiento que experimenta el hijo de Ganges que ha probado un alimento impuro del que le causaría el cometer un robo: es probable que el primero sería más punzante. (Ibid. Pag. 66)
Notemos como para un patriota el tener una conciencia limpia equivale a seguir diferentes órdenes: Para el alemán fue el matar judíos; para el extremista irlandés acabar con los católicos; para el Israelita actual defender su tierra santa matando a sus hermanos palestinos; para un Estadounidense exterminar cualquier amenaza que intente acabar con su hegemonía; es decir, el patriota necesita obedecer ciegamente las órdenes de sus gobernantes para ser un buen ciudadano y así tener una buena conciencia.
Hoy los fanáticos religiosos Islámicos son manipulados por sus líderes. bajo la premisa de defender la sagrada voluntad de Alá.
Observamos entonces que cada nación tiene su razón, así como cada religión se considera asimisma como la verdadera.
Por esta razón la persona que intenta basar su conciencia en parámetros religiosos o civiles, tendrá un comportamiento sesgado polarizado, dependiendo de la religión a la cual esté adscrito o del estado en que viva.
Notamos como la religión y los estados se han encargado de moldear las conciencias a su antojo y conveniencia, por esto toda persona que aspire a una conciencia madura y limpia en primer lugar debe hacer un inventario de todos los conceptos que se encuentran en su memoria, para desechar todo concepto prejuiciado por el fanatismo religioso por el falso patriotismo, acudiendo a la premisa Descartiana: "No aceptar nunca como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese como tal". (Discurso del método. Rene Descartes. Pag. 29)
La cuestión entonces es: ¿Cuál es la base de comportamiento?
La respuesta es la ley del amor, entendida como el buscar el bienestar de mi prójimo independiente de sus conceptos religiosos o políticos.
Esta es la base firme y estable de comportamiento que conlleva a una conciencia madura y responsable, pues quien ama verdaderamente está libre de todo perjuicio y tendrá siempre un comportamiento imparcial.
Sin embargo es necesario distinguir entre el accionar por amor y el hacerlo por conveniencia. En ocasiones se confunde la llamada regla de oro con la práctica del amor: Así toda las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12. Quien actúa ceñido a esta norma no lo hace por amor, sino por la conveniencia personal aplicando la premisa: No realizo determinada acción, simplemente porque no deseo que alguien la practique conmigo; aquí encontramos el egoísmo camuflado, una práctica que no tiene que ver con el nuevo pacto, como lo dijo Jesús: Esto es la ley y los profetas.
Quien hace el bien a su compañero por ser su compatriota, ya no ama, solamente obedece a ese concepto de bienestar social o conciencia social, según la cual se debe ayudar a un compatriota que comparte los mismos ideales.
Es palabras de Jesús fue denunciado este egoísmo: Porque si amáis a los que os aman ¿Qué recompensa tendréis? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Mateo 5:46.
En la práctica de este falso concepto de amor, es campeón el pueblo de Israel en razón de seguir la imperfecta ley dada por Moisés. "Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tu lo ampararás como forastero y extranjero vivirá contigo. Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo" Levítico 25:35,39. Acoge al hermano, no al prójimo, no por amor sino porque de pronto a Ud. le sucede mañana lo mismo.
Pero si el que ha empobrecido no es su hermano, entonces rige una ley diferente. "También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra que estén con vosotros los cuales podréis tomar en posesión." Levítico 25:45.
Todo aquel que se rige por la ley mosaica no obedece a la ley del amor sino por la ley de la Conveniencia: Unas son las leyes para los nacionales y otras para los extranjeros.
Cuando hablamos de vivir en amor, éste trasciende razas, credos e ideologías; quien ama, no examina al ser humano a través del lente de la conveniencia o interés personal, sino por su valor intrínseco como ser humano.
Aún Pablo no pudo desembarazarse de las costumbres egoístas de los judíos. "Así tengamos oportunidad hagamos bien todos, mayormente a los de la familia de la fe." Gálatas 6:10.
El principio del amor, es hacer el bien al prójimo sea o no sea de la familia de la fe, sea o no mi compatriota, sea o no mi compañero ideológico; en el momento en que se hace acepción de personas, el amor se convierte en conveniencia.
Ser cristiano va más allá de los credos, es poseer el amor de Aquel que es su fundador, es tener el comportamiento imparcial del amor.
"Lo que distingue al cristiano no es una fe; el cristiano obra y se diferencia por el hecho de que obra de un modo diferente. Por el hecho de que no se resiste ni de palabra, ni en el corazón al que le hace el mal. Por el hecho de que no hace distingos entre forasteros y naturales, entre judíos y no judíos.... Por el hecho de que no guarda rencor a nadie, no desprecia a nadie.. la vida del redentor no fue sino esta práctica; su muerte tampoco fue otra cosa. (Anticristo. F. Nietzche. Pags. 43-44). Esta es la percepción que tiene del verdadero cristianismo el ideólogo ateo alemán, percepción más clara que la de algunos líderes religiosos de hoy.
El cristianismo comenzó con una demostración práctica de amor, "la cruz", en el momento en que sus seguidores se apartan de esta senda, se convierten en camanduleros, seguidores de una ideología muerta. La cruz es símbolo de amor verdadero, porque sus efectos cubren a todo el mundo por igual; si la cruz obra solo a favor de los predestinados, entonces no es muestra de amor sino de egoísta parcialidad. Si la cruz solo cobija unos pocos escogidos, pasaría de ser demostración de amor a una burda parodia de misericordia.
Pero en la cruz se hizo visible el invisible amor de Dios. "¿Quién se muestra sensible a este milagro? ¿Quién reconoce a Dios en ese amor, en ese máximo amor, amor de dar su vida por los que ama? (Evangelio sin mitos. Louis Evely. Pag. 38)
Es el amor la base firme de comportamiento, pues por su medio tratamos a todos por igual; quien ama reconoce a Dios en el rostro de sus semejantes; quien ama vive en libertad, pues se ha emancipado de las cadenas de la hipócrita religión y vive por encima de las pragmáticas leyes de la sociedad. Quien ama, madura, pues su comportamiento no depende de la convalidación dada por el superior inmediato, sino por el testimonio de su conciencia madura. Quien ama tiene acceso a una conciencia limpia, pues su vida será siempre óptima aún por encima del bienestar personal.
Vivir en amor, es aprender a ser responsables, no por la presión religiosa, social o familiar, sino por decisión personal porque ha llegado al convencimiento que es la mejor opción de vida.
En la medida en que renovamos nuestro conocimiento con la verdad del amor, la conciencia será cada día más perfecta.
Es natural que cuando el creyente escucha estos planteamientos, los mire con desconfianza, pues su criterio está supeditado a lo que ordene el sacerdote, pastor o líder espiritual a quienes a constituido como fuente de verdad. "Es de temer que estos cristianos al perder su ingenuidad, piensen haber perdido la fe. Creían haber oído a Dios, cuando solo habían escuchado a su catequista". (Ibid. Pag. 21)
"Ama y haz lo que quieras", dijo el otrora considerado santo: Ama y alcanzarás la libertad.
"Quien ama, soporta más que de ordinario: aguanta todo. Había que inventar una religión en la que se pudiera amar; pues donde se cumple este requisito, ya se ha vencido lo peor de la vida." (Nietzche)
Por
Mario Pombo

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