Sabemos que el autor y dueño de toda bendición es el mismo Dios; y una de esas bendiciones que El dió al ser humano cuando lo creó fue la de administrar la tierra y sojuzgarla, pero el hombre tomo la decisión de vivir separado de Dios, y como consecuencia pierde esta autoridad delegada de ser señor de la creación terrestre convirtiendose en un esclavo; pero en ese mismo instante Dios inicia la busqueda de un hombre para convertirlo en un acceso de bendición para el mundo.
Este hombre tenia que ser ante todo una persona de fe; debía creer y creerle a Dios; y ante todo dependiente de Dios; es cuando Dios halla a Abraham.
Estudiamos como esta bendición continua vigente en el día de hoy para la Iglesia.
PACTO DE DIOS CON ABRAHAM.
Para que Abraham fuera el acceso a esa bendición, Dios establece un pacto con él, por medio del cual Dios promete en darle bendición y en hacerlo bendición.
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por
segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice
Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu
único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. Génesis 22:15-18. |
LA SEÑAL DEL PACTO.
Usualmente cuando Dios hace un pacto con el hombre, es colocada una señal física, para el caso del pacto abrahámico la señal física fue la circuncisión.
Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Génesis 17:9-11. |
Antes de la venida del Señor Jesucristo a la tierra, la bendición de Dios estuvo concentrada en el pueblo de Israel.
EVIDENCIAS DE LA BENDICIÓN DEL PACTO.
En todo el Antiguo Testamento podemos ver una y otra vez la causa por la cual Dios bendijo al pueblo de Israel; no era por la justicia o rectitud del pueblo; ellos eran bendecidos en razón del pacto que Dios había establecido con Abraham.
- LIBERTAD DE LA ESCLAVITUD
Porque tu eres pueblo santo para Jehová
tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,
más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Deuteronomio 7:6-8. |
- PROMESA DE PROSPERIDAD
Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se multipliquen y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre… y digas en tu corazón: mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Deuteronomio 8:11-14,17-18. |
- PROMESA DE TENER UNA TIERRA
No pienses en tu corazón cuando Jehová
tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me
ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas
naciones Jehová las arroja delante de ti. No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Deuteronomio 9:4-5. |
Podemos concluir que todas las bendiciones que Dios dio al pueblo de Israel fue en razón del pacto que él realizó con Abraham, de esta manera el orgullo del pueblo queda descartado.
Importante el tener en cuenta que Moisés en ningún momento le dijo al pueblo que ellos habían recibido libertad de la esclavitud, prosperidad o una tierra con base al cumplimiento de la ley mosaica; no; él les advierte una y otra vez que es por causa del pacto establecido con sus padres.
EN CRISTO LA BENDICIÓN DE ABRAHAM LLEGA A LOS GENTILES.
Cuando estudiamos el tema de la bendición de Abraham, nos surge la pregunta y ¿qué tiene que ver la Iglesia con el tema?
En el pacto que Dios hizo con Abraham, allí le promete que su simiente será bendición a todas las naciones; por medio de la descendencia física de Abraham (Isaac) la promesa tuvo parcial cumplimiento para el pueblo de Israel, ¿de qué manera la promesa tendría pleno cumplimiento a todas las naciones? Por medio de la obra de Cristo Jesús.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Gálatas 3:13-14. |
La obra de Cristo Jesús, hizo a un lado la ley que separaba a judíos y gentiles, e impedía que la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles.
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Efesios 2:13-16. |
LOS QUE CREEMOS EN CRISTO JESÚS SOMOS HIJOS DE ABRAHAM.
Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed por tanto que los que son de fe, éstos hijos de Abraham. Gálatas 3:6-7. |
CRISTO ES LA VERDADERA SIMIENTE DE ABRAHAM.
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a sus simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno. Y a tu simiente la cual es Cristo. Gálatas 3:16. |
LA SEÑAL DEL PACTO.
En el pacto hecho por Dios con Abraham se nos dice que todo descendiente debía tener la señal de la circuncisión, como evidencia que pertenecía al linaje del patriarca. ¿Tiene la Iglesia dicha señal para ser descendiente de Abraham?
Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior y la circuncisión es la del corazón, en espíritu; la alabanza del cual no viene de loa hombres sino de Dios. Romanos 2:28-29. |
¿En que momento es circuncidado el creyente?
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo. Colosenses 2:11. |
La verdadera circuncisión es la del corazón, así cumplimos la condición para ser herederos de la promesa hecha a Abraham.
Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. Gálatas 3:28-29. |
CONCLUSIÓN.
Hoy no somos mendigos de bendición, sino fuente de bendición porque en nosotros se cumple el propósito de Dios de la bendición abrahamica: Te bendeciré y serás bendición.Dos cosas fundamentales para tener en cuenta: El por qué somos bendecidos y para que somos bendecidos.
Somos bendecidos no por nuestras obras de justicia, somos bendecidos por nuestra fe en la obra de Cristo Jesús y segundo a Dios le ha placido hacernos receptores de toda bendición para que seamos hoy la puerta de bendición a las naciones.
Ya Dios estableció el pacto de bendición, no necesitamos hacer ningún otro pacto; al creer en Cristo Jesús hacemos parte de la simiente de bendición, por lo tanto lo que necesitamos es creer quiénes somos y cumplir con la misión que nos ha sido encomendada: ser bendición al mundo.
Que nuestro entendimiento sea abierto para que comprendamos la voluntad de Dios, y contrarrestemos la maldición imperante en el mundo por medio de la bendición que Dios ya nos ha dado.
Por
Pacto Nuevo
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