2ª Corintios 3:12-18.-
1.- EL VELO ANTIGUO TESTAMENTARIO.
Cuando Moisés recibió la ley en el monte Sinaí, el pueblo decía que su rostro tenía un resplandor especial al cual no podían mirar, por esto entonces cubrió su rostro para que el pueblo no se diera cuenta que el resplandor de su rostro se iba apagando ya que era pasajero.
Precisamente porque tenemos esta esperanza, hablamos con toda libertad. No hacemos como Moisés que se tapaba la cara con un velo para que los israelitas no vieran que aquel resplandor se iba apagando. 2ª Corintios 3:12-13.
La gloria pasajera en el rostro de Moisés nos demuestra simbólicamente la temporalidad de la ley mosaica; por esto dice Pablo:
Y si fue glorioso lo que había de terminar por apagarse, mucho más glorioso será lo que permanece para siempre. 2ª Corintios 3:11.
Algunos argumentan que era la ley Mosaica la que llegaría a su final más no los diez mandamientos; pero encontramos que cuando Pablo habla de lo que habría de terminar se está refiriendo a los mandatos grabados en piedra, es decir los diez mandamientos.
Esta ley grabada en letras sobre tablas de piedra, vino con tal resplandor que los israelitas ni siquiera podían mirar la cara de Moisés a causa de su intenso brillo. Sin embargo aquel resplandor había de terminar por apagarse. 2ª Corintios 3:7.
¿Qué mandatos fueron escritos en piedra?